Revista Economía & Negocios

Vol. 5 Núm. 2, 2023

Artículo original

Sostenibilidad Financiera en organizaciones textiles de la Economía Popular y Solidaria en el Ecuador

Financial sustainability in textile organizations of the Popular and Solidarity Economy in Ecuador

Lenin Ernesto Peláez Moreno*

* Autor de correspondencia: lennin.pelaez@unl.edu.ec - https://orcid.org/0000-0002-1708-1930

Universidad Nacional de Loja. Loja, Ecuador.

Alejandro Josué Gallegos Saritama*

* Autor de correspondencia: alejandro.gallegos@unl.edu.ec - https://orcid.org/0000-0002-6246-9619

Universidad Nacional de Loja. Loja, Ecuador.

Recepción: 12/07/2023

Aprobación: 8/09/2023

Publicación: 31/10/2023

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.

Como citar: Peláez-Moreno, L. E.; Gallegos Saritama, A. J. (2023). Sostenibilidad Financiera en organizaciones textiles de la Economía Popular y Solidaria en el Ecuador Economía & Negocios, 5(2), 108-126. https://doi.org/10.33326/27086062.2023.2.1714

CÓDIGO JEL:

C02, D21 ,L31

RESUMEN

El estudio evalúa la sostenibilidad financiera de las organizaciones de producción textil en la Economía Popular y Solidaria del Ecuador. Para lograrlo, se aplicó un modelo que examina la sostenibilidad financiera a través de las dimensiones: operativa, liquidez y apalancamiento. Se utilizaron los balances financieros de 1226 asociaciones textiles ubicadas en 37 cantones del Ecuador en el periodo 2019-2021 incluidos en la base de datos de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria del Ecuador. Los resultados se presentan a nivel de cantón y señalan que, en nueve cantones, las organizaciones eran sostenibles financieramente en las tres dimensiones, mientras que, en un cantón, las organizaciones exhibieron problemas operativos y de liquidez. Asimismo, en veintisiete cantones, las asociaciones revelaron problemas operativos. En resumen, los resultados indican que las organizaciones de producción textil del sector asociativo, incluidas en la Economía Popular y Solidaria de Ecuador, tienen una sostenibilidad financiera moderada. El principal desafío que enfrentan estas organizaciones es operativo, debido a la falta de ingresos generados por sus actividades económicas, lo que afecta su desempeño financiero y se refleja en una reducción del activo neto. Desde este punto, la Economía Popular y Solidaria, como alternativa a la economía de mercado, necesita un conjunto de condiciones en los ámbitos económico, financiero y político para lograr una sostenibilidad a largo plazo.

Palabras clave: Administración financiera, activos, deuda, liquidez, ingresos.

ABSTRACT

The study evaluates the financial sustainability of textile production organizations in the Popular and Solidarity Economy of Ecuador. To achieve this, a model was applied that examines financial sustainability through the dimensions of operations, liquidity, and leverage. The financial statements of 1226 textile associations located in 37 cantons of Ecuador during the period 2019-2021, included in the database of the Superintendence of Popular and Solidarity Economy of Ecuador, were used. The results are presented at the cantonal level and indicate that in nine cantons, organizations were financially sustainable in all three dimensions, while in one canton, organizations exhibited operational and liquidity problems. Additionally, in twenty-seven cantons, associations revealed operational problems. In summary, the results indicate that textile production organizations in the associative sector, included in the Popular and Solidarity Economy of Ecuador, have moderate financial sustainability. The main challenge facing these organizations is operational, due to the lack of income generated by their economic activities, which affects their financial performance and is reflected in a reduction in net assets. From this perspective, the Popular and Solidarity Economy, as an alternative to the market economy, requires a set of conditions in the economic, financial, and political areas to achieve long-term sustainability.

Keywords: Financial management, assets, debt, liquidity, income.

INTRODUCCIÓN

El sector asociativo textil de la Economía Popular y Solidaria (EPS) en Ecuador ha progresado significativamente en los últimos años y ha contribuido a la creación de empleo y la integración de diversos sectores (Lovano, 2014). Sin embargo, aún sufre de una alta volatilidad en sus flujos de ingresos, lo que lo vuelve financieramente vulnerable (Jami y Pullupaxi, 2014). En este contexto, el objetivo de este estudio es evaluar la sostenibilidad financiera de las organizaciones de producción textil que forman parte de la EPS en el periodo 2019-2021.

En esta línea, se define Economía Social y Solidaria como una forma de economía que está constituida por organizaciones que no son parte del sector público. Estas organizaciones practican una gestión democrática y brindan igualdad de derechos a sus miembros. Además, tienen un régimen especial de propiedad y distribución de ganancias que no busca beneficios individuales o lucrativos, sino que busca contribuir al crecimiento colectivo de la sociedad (Torres et al., 2017). Al respecto, Caicedo et al. (2019) afirman que la Economía Popular y Solidaria es la base de la política pública del Estado ecuatoriano, implementada a traves de instituciones y organismos públicos que regulan, coordinan y acompañan a las organizaciones del sector.

En Ecuador, existen 1802 asociaciones de producción textil que pertenecen a este sector, en 2021 la tasa de crecimiento promedio fue del 2,29 %, mientras que, los procesos de liquidación, cierre, inactividad y liquidación alcanzaron el 1,81 %. Por otro lado, desde 2019, el número de organizaciones sin ingresos aumentó en un 76 %. Mientras que, en 2021, 158 asociaciones enfrentaron este problema, debido al impacto de la pandemia del COVID-19, lo que a su vez afectó a la productividad y las ganancias de las organizaciones (Superintendencia de Economía Popular y Solidaria, [SEPS], 2022).

Al respecto, la Secretaría Técnica Planifica Ecuador (2020) señala que la crisis sanitaria afectó de manera significativa los niveles de producción y venta de estas organizaciones, evidenciándose pérdidas a nivel nacional de aproximadamente 37,37 millones de dólares, de los cuales USD 9,34 millones se relacionaban directamente con la industria manufacturera.

En resumen, el sector económico popular y solidaria del Ecuador, en particular las asociaciones de producción textil, han experimentado un importante crecimiento en los últimos años, pero enfrentan importantes desafíos en términos de sostenibilidad financiera. La aplicación de la teoría de la vulnerabilidad financiera en organizaciones sin fines de lucro permite evaluar de manera objetiva la sostenibilidad financiera de estas organizaciones y diseñar estrategias para garantizar su continuidad y permanencia en el mercado.

La sostenibilidad financiera de las empresas ha sido estudiada desde la década de 1960, generalmente se han entendido como aquellas empresas en quiebra centradas en situaciones en las que no puede pagar sus deudas (Altman, 1968). En este contexto, Tuckman y Chang (1991) proponen medir la sostenibilidad financiera en una organización sin fines de lucro a partir de la utilización de indicadores financieros estructurados dentro de cuatro dimensiones: fuentes de ingresos, activos netos, costes administrativos y margen operativo, considerando que una organización se encuentra en situación de vulnerabilidad financiera, cuando al menos una de las cuatro variables está en el quintil inferior.

A este estudio, le siguieron Greenlee y Trussel (2000) que proponen un primer modelo predictivo, utilizando los cuatro indicadores financieros desarrollados por Tuckman y Chang (1991), argumentando que una organización es financieramente vulnerable si reduce los gastos del programa en tres años consecutivos.

Entre tanto, Trussel (2002) cuantifica la sostenibilidad financiera en organizaciones sin fines de lucro usando el índice de endeudamiento, el índice de concentración de ingresos el margen operativo, el tamaño de la organización y el sector al que pertenece. A partir de ello, define a la vulnerabilidad como la disminución de fondos en más de un veinte por ciento durante tres años consecutivos. En esta misma línea, Trussel et al. (2002) proponen medir la sostenibilidad financiera a través de cinco variables: índice de endeudamiento, concentración de ingresos, margen operativo, ratio de costes administrativos y tamaño de la organización; y consideran que una organización presenta problemas de sostenibilidad financiera cuando existe una reducción de los activos netos a lo largo de tres años consecutivos.

A estos aportes se suma el trabajo de León (2001), quien plantea como indicadores relevantes para la sostenibilidad financiera: 1) Indicadores de visión estratégica y liderazgo; 2) Indicadores de capacidad de generación de ingresos y 3) Indicadores de capacidad de administración financiera. Además, señala que lograr la sostenibilidad financiera es una meta a largo plazo que requiere la cooperación de toda la organización. En otras palabras, se trata de un proceso constante que debe formar parte integral de la gestión diaria de una organización. Esto implica incluir la sostenibilidad en la planificación estratégica, la administración y finanzas, las políticas de recaudación de fondos, así como en la planificación e implementación de estrategias que permitan generar ingresos propios. Esto asegurará la capacidad de las organizaciones para cumplir con sus respectivas misiones de manera efectiva.

En este mismo sentido, Abraham (2003) sintetiza trabajos previos y perfecciona el modelo de Tuckman y Chang (1991), estableciendo una escala ordinal e indicadores en cuatro dimensiones: saldos patrimoniales concentración de ingresos, gastos administrativos y margen operativo. Así plantea que, si una organización tiene un buen método de rendición de cuentas financieras, es más fácil y más predecible resistir los procedimientos financieros. De hecho, tener un sistema contable adecuado puede ser beneficioso para que las organizaciones tomen acciones oportunas (Abraham, 2003).

Por otra parte, Bowman (2011) señala que es necesario considerar la sostenibilidad financiera en un plazo más amplio, lo que implica tener en cuenta tanto el análisis a corto como a largo plazo. En ese sentido, Keating et al. (2005) consideran que una organización tiene problemas de sostenibilidad financiera cuando existe una reducción de los activos netos y gastos en un veinticinco por ciento en un año, a ello le agrega la insolvencia técnica y la interrupción de la financiación. Mientras que, Acosta y Betancur (2014) asocian que una organización es sosteniblemente financiera en el corto, mediano y largo plazo, siempre y cuando mantenga: equilibrio en el balance, rendir de cuentas, diversificar y distribuir las fuentes de ingresos, obtener márgenes de operación alta y mantener una base de capital suficiente.

De acuerdo con los descubrimientos mencionados, De Andrés et al. (2016) sostienen que la vulnerabilidad financiera es un término que abarca diversas facetas. De esta manera, plantea un modelo tridimensional tomando: la dimensión operativa, el apalancamiento y la liquidez; observando su variación durante un período de 3 años y definen que si la organización evaluada en cualquiera de las tres dimensiones se encuentra en el quintil inferior es considerada como vulnerable. Sin embargo, para Jimeno y Flores (2020), la definición de vulnerabilidad basada en tres dimensiones De Andrés et al. (2016) estaría incompleta. Por esta razón, incorporan las dimensiones de: desempeño organizativo y reputación. Además, indican que la viabilidad financiera se vincula con el peligro de que una organización desaparezca debido a dificultades económicas, y su incapacidad para continuar cumpliendo con su propósito social.

En general, la vulnerabilidad financiera comienza con la imposibilidad de alcanzar las metas (Jimeno y Flores, 2020). Así, Mazanec y Bartosova (2021) afirman que las organizaciones vulnerables son aquellas que se liquidan.

De acuerdo con esta idea, es posible alcanzar la sostenibilidad financiera mediante la implementación de estrategias que fomenten la creación de mecanismos de financiación innovadores, y que permitan una planificación estratégica del gasto mediante la elaboración de planes de sostenibilidad financiera (Campoverde, 2023).

En Ecuador, se han realizado investigaciones pioneras sobre sostenibilidad financiera en organizaciones de la Economía Popular y Solidaria, una de ellas es el estudio llevado a cabo por Peláez et al. (2022). En su investigación, desarrollaron una estrategia metodológica para cuantificar la sostenibilidad financiera en estas organizaciones, identificando cuatro dimensiones relevantes: diversificación de ingresos, margen operativo, estructura de capital y gastos operativos. A partir de esto, formularon un índice sobre cien puntos. Sin embargo, la investigación sobre la sostenibilidad financiera en las organizaciones de la Economía Popular y Solidaria en Ecuador sigue siendo limitada. Al respecto, esta investigación contribuye a la literatura sobre la sostenibilidad financiera en organizaciones de la Economía Social y Solidaria y puede ser útil para la toma de decisiones financieras en este sector.

Este artículo se estructura de la siguiente manera. En la siguiente sección se describe el proceso metodológico del modelo de sostenibilidad financiera. A continuación, se presentan los resultados de la evaluación del desempeño financiero de las asociaciones, contrastándolos con la teoría a través de la discusión. Finalmente, se exponen las conclusiones del estudio.

MATERIALES Y MÉTODO

La investigación tuvo un enfoque cuantitativo no experimental y su objetivo fue evaluar la sostenibilidad financiera en las organizaciones textiles de la Economía Popular y Solidaria (EPS) durante el periodo 2019-2021. Para esto, se utilizó el modelo tridimensional de vulnerabilidad financiera propuesto por De Andrés et al. (2016), adaptado a las asociaciones textiles de la EPS que son entidades sin fines de lucro, donde los ingresos por la venta de productos son destinados a cubrir los costos de producción, excluyendo la obtención de beneficios individuales.

A continuación, se describe el modelo de sostenibilidad financiera haciendo énfasis en las dimensiones utilizadas:

Dimensión 1: Vulnerabilidad Operativa

La primera dimensión de la vulnerabilidad operativa resulta de cambios en el activo neto a lo largo del tiempo (De Andrés et al. 2016). Esta dimensión está relacionada con cambios en los ingresos y gastos de la organización, si los activos netos disminuyen año tras año, la organización enfrenta problemas operativos continuos. En este sentido, la disminución del patrimonio neto de una organización a lo largo de los años puede deberse a una disminución de los ingresos o a un aumento de los gastos. Si estos cambios persisten y afectan los activos a lo largo del tiempo, pueden causar serios problemas operativos para las organizaciones. En general, la vulnerabilidad operativa implica un desajuste de entradas y salidas operativas que puede resultar en un problema financiero de menor o mayor importación dependiendo de la condición financiera de la organización.

Dimensión 2: Vulnerabilidad de Apalancamiento

Esta dimensión mide la solvencia, Gordon et al. (2013) y Keating et al. (2005) han estudiado esta medida como “insolvencia técnica” o “riesgo de insolvencia”. En este contexto, esta dimensión calcula la capacidad que tiene la organización para cumplir con el pago de sus deudas a través de la proporción del activo total respecto a la deuda.

Si la entidad tiene una situación financiera saludable (bajo endeudamiento y alto patrimonio) en principio, puede sobrevivir varios años sin problemas para hacer frente a sus pagos. Mientras que, una organización puede tener dificultades financieras de apalancamiento sin ninguna vulnerabilidad operativa por tener un exceso de deuda. Por otro lado, una organización que tenga una reducción en activos netos durante tres años consecutivos no tiene el mismo problema financiero si su relación de activos a deuda es alta en lugar de baja. En este caso, no se puede considerar de forma aislada porque, como señala Bowman (2011), algunas organizaciones han aprendido a vivir con altos niveles de endeudamiento. Por lo cual, cuanto más alto es el endeudamiento, mayor es el riesgo que tiene una organización, porque tendrá que destinar una mayor parte de su flujo de caja, al pago de deudas.

Dimensión 3: Vulnerabilidad de Liquidez

La tercera dimensión se centra en analizar la capacidad que tiene una entidad de atender a sus pasivos a corto plazo. En este sentido, una organización puede tener activos suficientes para hacer frente al pago de todas sus deudas, pero puede tener problemas con el financiamiento a corto plazo o viceversa. De este modo, el interés de esta dimensión reside en analizar la capacidad de una organización sin fines de lucro para reducir su patrimonio cuando sus ingresos son insuficientes. Por lo tanto, si la organización sin fines de lucro opta por reducir los activos para cubrir los gastos, tiene dos opciones: 1) hacer uso de sus activos líquidos actuales o 2) podría vender sus activos fijos, que se convertirían en activos circulantes y luego se utilizarían para cubrir los gastos. En esta medida, la opción es la más fácil para la organización y no depende de factores externos que condicionen la venta de activos fijos (De Andrés et al. 2016).

En este contexto, se plantean los siguientes criterios de evaluación del modelo de vulnerabilidad financiera: a) una organización es altamente vulnerable financieramente si cumple simultáneamente tres criterios diferentes: una gran reducción de los activos netos durante los últimos 3 años, una baja proporción de los activos totales con respecto a la deuda, y una baja proporción de sus activos corrientes con respecto a la deuda a corto plazo; b) una organización que cumple uno o dos criterios, tiene un grado de vulnerabilidad media; y c) las organizaciones se clasifican como sostenibles cuando no tiene dificultades financieras, es decir, los tres criterios se encuentran en los quintiles superiores.

La Tabla 1 muestra las variables del modelo, el indicador y la evaluación por cada dimensión:

Tabla 1

Variables del Modelo Tridimensional de Vulnerabilidad Financiera

Dimensión

Descripción

Indicador

Vulnerabilidad Financiera

Vulnerabilidad operativa

Variación de activos netos en el tiempo.

Activo netot - Activo netot-1

Activo netot-1

*100

Vulnerabilidad de Apalancamiento

La relación de los activos totales a deuda.

Total Activo

Total de Pasivo

Vulnerabilidad de Liquidez

La relación de activos circulantes a deuda de corto plazo.

Activo Corriente

Pasivo Corriente

Nota. Información obtenida de De Andrés et al. (2016).

La población de estudio estuvo compuesta por 1226 organizaciones asociativas de producción textil del Ecuador, las cuales mantuvieron estados financieros completos para el período 2019 -2021 obtenidos de la base de datos de la Superintendencia de la Economía Popular y Solidaria de Ecuador (SEPS, 2022), se excluyó aquellas que presentaron información financiera incompleta para los años de estudio.

La Tabla 2 muestra la distribución de las organizaciones registradas, que cuentan con información financiera, conjuntamente con el número de cantones para el período de estudio:

Tabla 2

Organizaciones del sector asociativo de producción textil de la EPS del Ecuador

Descripción

Año

2019

2020

2021

Organizaciones en el Catastro de la SEPS

1731

1761

1788

Organizaciones con Información Financiera

1507

1537

1319

Organizaciones por Cantón*

1226

1226

1226

Número de cantones

37

37

37

Nota. * La distribución de las organizaciones por cantón se basa en promedio anuales debido a que existen variaciones en las organizaciones que declaran la información financiera cada año. Datos obtenidos de SEPS (2022).

Para aplicar el modelo de sostenibilidad financiera se consideró a las organizaciones por cantón1, en vista de que la información disponible en los registros de la SEPS presenta los datos de forma anonimizada de forma tal que no es posible identificar la evolución temporal de cada entidad. En este sentido, se consideraron a treinta y siete cantones con asociaciones textiles, los cuales son: Duran, Machala, Manta, Pedro Moncayo, Santa Elena, Nobol, Chone, Daule, Esmeraldas, Guayaquil, La Libertad, Montecristi, Playas, Portoviejo, Quininde, Santo Domingo, Alausí, San Pedro de Pelileo, Ambato, Antonio Ante, Cevallos, Cuenca, Guaranda, Ibarra, Latacunga, Loja, Quito, Riobamba, Rumiñahui, Sigsig. Chinchipe, La Joya De Los Sachas, Lago Agrio, Tena, Zamora, Pastaza.

El proceso de investigación se llevó a cabo en tres fases. En la primera, en la que se recolectó información secundaria de la base de datos que mantiene la SEPS (2022) en su sitio web. Los datos recolectados fueron clasificados para el sector asociativo de producción textil, y luego, se organizó la información financiera por cantón, por: activos, pasivos, activos corrientes, pasivos corrientes y patrimonio.

La segunda fase, consistió en calcular los indicadores de medición por cada dimensión. En la dimensión operativa, se determinó el indicador de variación de activo neto que consiste en determinar la variabilidad del patrimonio. Con respecto a la dimensión de apalancamiento, se calculó el indicador de solvencia que relaciona el activo con el pasivo. Finalmente, la dimensión de liquidez consistió en determinar el indicador de liquidez corriente al dividir el activo corriente para el pasivo corriente.

En la tercera fase, se organizó los resultados de los indicadores por cada dimensión. Para ello, se clasificó de menor a mayor los indicadores de los treinta y siete cantones para establecer el límite de cada quintil. Luego, se estableció la posición de cada cantón en los quintiles calculados. A su vez, se determinó la media, mediana, máximo y mínimo del conjunto de cantones por quintil. Finalmente, se construyó un cuadro resumen que detalla los cantones en donde las organizaciones textiles fueron financieramente sostenibles y las no sostenibles de acuerdo con cada dimensión evaluada.

1Subdivisión territorial del Estado ecuatoriano.

RESULTADOS

La Tabla 3 muestra la evolución de los activos netos de las asociaciones de producción textiles de la Economía Popular Solidaria (EPS) entre 2019 y 2021, mostrando los valores medio, mediano, máximo y mínimo para el conjunto de cantones ubicados en cada quintil. Entre 2018 y 2019, las asociaciones textiles de veinticinco cantones del Ecuador se encontraron operativamente vulnerables, con una disminución promedio de 23.21 % en sus activos netos. En este sentido, las organizaciones en el cantón Duran alcanzaron un crecimiento máximo en sus activos netos de 14.94 %, mientras que, las organizaciones del cantón Alausí tuvieron una tasa de crecimiento mínima de -161.52 %. De hecho, las organizaciones de los cantones: Alausí, Latacunga, La Joya De Los Sachas, Rumiñahui, Pastaza, Quininde, Machala, Daule, Pedro Carbo, Santa Elena, Playas y Montecristi experimentaron una disminución en el activo neto por debajo del -15.67 % durante este período.

Tabla 3

Variación de los Activo Netos

Quintiles

Promedio*

1%

2%

3%

4%

5%

Panel 2018-2019

Media

-23.21%

28.48%

49.60%

68.18%

571.27%

138.86%

Mediana

-15.65%

28.59%

49.60%

68.18%

331.99%

49.60%

Máximo

14.94%

33.33%

57.12%

68.18%

1076.34%

1076.34%

Mínimo

-161.52%

23.36%

42.09%

68.18%

305.47%

-161.52%

Panel 2019-2020

Media

-22.71%

24.00%

50.35%

-

630.09%

170.43%

Mediana

-24.40%

24.63%

50.35%

-

580.42%

37.49%

Máximo

19.06%

26.39%

50.35%

-

1225.60%

1225.60%

Mínimo

-133.85%

20.98%

50.35%

-

84.26%

-133.85%

Panel 2020-2021

Media

-33.25%

31.23%

46.30%

72.68%

322.44%

87.88%

Mediana

-16.66%

31.98%

46.30%

72.68%

322.44%

46.30%

Máximo

18.09%

36.78%

46.30%

72.68%

322.44%

322.44%

Mínimo

-110.89%

21.52%

46.30%

72.68%

322.44%

-110.89%

Nota. * La Tabla muestra los promedios* de cada estadístico. Fuente. Datos obtenidos de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS, 2019-2021).

Por otro lado, en los cantones que se encuentran en los cuatro quintiles superiores que son: Cuenca, San Pedro De Pelileo, Portoviejo, Manta, Riobamba, Nobol, Zamora, Chone, Cevallos, Esmeraldas, Pedro Moncayo y Santo Domingo, las organizaciones mostraron un crecimiento promedio de 179.38 % en los activos netos, siendo sostenibles en el área operativa.

Las organizaciones del sector asociativo textil en los cantones: Cevallos, Tena, La Libertad, Latacunga, Chone, Rumiñahui y Playa fueron financieramente sostenibles en el periodo 2019-2020, con un crecimiento promedio de sus activos netos de 234.82 %. Mientras que, en treinta cantones presentaron vulnerabilidad financiera en la dimensión operativa, las cuales presentaron un crecimiento mínimo en los activos netos de menos 133.85 %. Sin embargo, el mayor incremento fue del 19.06 % en las organizaciones del cantón Cuenca, en el que, de cada tres organizaciones, al menos una había logrado tener un incremento positivo del activo neto.

Entre 2020 y 2021, se identificaron que las organizaciones de veintiocho cantones del Ecuador mantuvieron problemas operativos, las mismas que presentaron una reducción patrimonial en promedio del 33.55 %. En esta línea, las asociaciones de los cantones: La Libertad, Quito, Cuenca, Guayaquil, Sigsig, Chinchipe Latacunga, Guaranda, Cevallos, Riobamba, Montecristi, La Joya De Los Sachas y Rumiñahui, mostraron un crecimiento en sus activos netos superior a menos 16.66 %.

Tras analizar la primera dimensión operativa, se evaluó la vulnerabilidad de apalancamiento. La Tabla 4 muestra la capacidad de las asociaciones de producción textil del Ecuador para cumplir con los pagos de su deuda total, de modo que, en los años 2019, 2020 y 2021, las asociaciones de producción textil de los cantones: Duran, Machala, Manta, Pedro Moncayo, Santa Elena, Nobol, Chone, Daule, Esmeraldas, Guayaquil, La Libertad, Montecristi, Playas, Portoviejo, Quininde, Santo Domingo, Alausí, San Pedro de Pelileo, Ambato, Antonio Ante, Cevallos, Cuenca, Guaranda, Ibarra, Latacunga, Loja, Quito, Riobamba, Rumiñahui, Sigsig, Chinchipe, La Joya De Los Sachas, Lago Agrio, Tena, Zamora y Pastaza, se encontraron en los quintiles superiores, indicando que fueron sostenibles financieramente en la dimensión de apalancamiento.

En el 2019, la mitad de los cantones con organizaciones textiles situadas en el quinto quintil tenían un valor superior a 3.79; lo que indica que los recursos propios de las asociaciones fueron 3 veces mayores que la deuda, demostrando capacidad para hacer frente a sus obligaciones de corto y largo plazo. Además, las organizaciones tuvieron una capacidad promedio para realizar sus pagos y cumplir con todas sus deudas de 3.62. Los resultados muestran que las organizaciones presentan un bajo endeudamiento externo, enfatizando que sus operaciones fueron financiadas claramente en gran proporción con recursos propios.

Tabla 4

Razón de Activo Totales a Deuda

Quintiles

Promedio*

1%

2%

3%

4%

5%

Panel 2019

Media

-

-

-

0.80

6.45

3.62

Mediana

-

-

-

0.80

3.79

2.29

Máximo

-

-

-

0.80

37.62

37.62

Mínimo

-

-

-

0.80

1.03

0.80

Panel 2020

Media

-

-

-

-

8.09

8.09

Mediana

-

-

-

-

3.47

3.47

Máximo

-

-

-

-

62.77

62.77

Mínimo

-

-

-

-

1.06

1.06

Panel 2021

Media

-

-

-

-

16.19

16.18

Mediana

-

-

-

-

3.64

3.64

Máximo

-

-

-

-

155.19

155.19

Mínimo

-

-

-

-

0.97

0.97

Nota. La Tabla muestra los promedios* de cada estadístico. Fuente. Datos obtenidos de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS, 2019-2021).

Mientras que, en el año 2020, las asociaciones textiles de los treinta y siete cantones fueron sostenibles financieramente, sus activos en promedio tuvieron una capacidad de 8.09 en relación a las obligaciones totales, es decir, las organizaciones tenian 8.09 dólares en su activo por cada dólar de deuda. Así, las asociaciones textiles del cantón Tena alcanzaron una capacidad máxima de 62.77 para cumplir con los pagos de su deuda total. Mientras que, en los cantones: Alausí, Pastaza, Pedro Carbo, Playas y Nobol, las organizaciones presentaron un índice de solvencia entre de 1 a 1.5.

En el 2021, los activos de las organizaciones de producción textil de la Economía Popular y Solidaria cubrieron los pasivos en promedio 16.19 veces. Además, se observa que en dieciocho cantones las organizaciones tienen una capacidad superior a 3.64, siendo estos: Quito, Zamora, Guaranda, Chinchipe, Machala, Montecristi, Cevallos, Latacunga, Rumiñahui, La Libertad, Portoviejo, La Joya De Los Sachas, Esmeraldas, San Pedro De Pelileo, Santa Elena, Riobamba, Duran y Pedro Moncayo. Como resultado, las asociaciones tenían la capacidad para cumplir con sus obligaciones, ya que sus activos eran mayores a sus deudas, minimizando el riesgo de incumplimiento con sus acreedores. Finalmente, se estudia la vulnerabilidad de liquidez, calculando la relación entre los activos corrientes y la deuda a corto plazo. Esta medida indica el número de veces que, en el corto plazo, los activos cubren la deuda. Al igual que en el caso de la vulnerabilidad del apalancamiento, se evalúa este índice para los años 2019, 2020 y 2021.

Como se muestra en la Tabla 5, las organizaciones de los treinta y siete cantones del Ecuador en 2019 y 2020 se ubicaron entre el segundo y quinto quintil, indicando que son sostenibles en la dimensión de liquidez. En este contexto, las organizaciones tuvieron un índice de liquidez promedio de 2.54 en 2019, de tal forma que podían cubrir con sus activos de corto plazo el 254 % de las deudas a corto plazo.

Tabla 5

Razón de Activos Circulantes a Deuda a Corto Plazo

Quintiles

Promedio*

1%

2%

3%

4%

5%

Panel 2019

Media

-

0.25

-

0.80

6.58

2.54

Mediana

-

0.25

-

0.80

3.46

0.80

Máximo

-

0.29

-

0.80

34.27

34.27

Mínimo

-

0.21

-

0.80

1.03

0.21

Panel 2020

Media

-

0.22

-

-

9.72

4.97

Mediana

-

0.22

-

-

3.01

1.62

Máximo

-

0.23

-

-

163.12

163.12

Mínimo

--

0.21

-

-

0.80

0.21

Panel 2021

Media

0.18

0.27

0.44

-

11.44

3.08

Mediana

0.18

0.27

0.44

-

3.51

0.35

Máximo

0.18

0.32

0.44

-

151.41

151.41

Mínimo

0.18

0.21

0.44

-

0.87

0.18

Nota. La Tabla muestra los promedios* de cada estadístico. Fuente. Datos obtenidos de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS, 2019-2021).

Para el 2020, los cantones con organizaciones textiles situadas en el segundo quintil tenían un índice de liquidez promedio de 0.22, en comparación con el 9.72 de las organizaciones del quintil superior. En este sentido, el indicador de liquidez de las organizaciones de producción textil en el 50 % de cantones supera el 162 %, es decir, contaron en su activo corriente con 1.62 dólares por cada dólar de deuda. Esto hace que las asociaciones se consideren en una posición favorable, presentando un mínimo riesgo de impago en sus obligaciones de corto plazo.

En el 2021, las asociaciones en treinta y seis cantones fueron financieramente sostenibles en términos de liquidez, mientras que las organizaciones del cantón Nobol presentaron problemas de liquidez, considerándolas vulnerables en esta dimensión. Al respecto, las asociaciones ubicadas entre el segundo y quinto quintil tuvieron una liquidez promedio de 4.05, que indica que mantuvieron capacidad suficiente para afrontar sus deudas a corto plazo con elementos del activo. Así, las organizaciones del cantón de Pedro Moncayo alcanzaron una liquidez de 151.14, es decir, un activo circulante alto y una deuda baja. Esto muestra que las asociaciones tenían capacidad para convertir sus activos en efectivo y poder pagar sus pasivos circulantes de forma oportuna. Por otro lado, las organizaciones que se encuentran en el quintil inferior, tuvieron una liquidez promedio de 0.18 por lo que no disponían de liquidez suficiente a corto plazo para hacer frente a sus deudas, esto implicó graves problemas para cumplir sus obligaciones, colocando a las organizaciones en una posición crítica.

La Tabla 6 y la Figura 1 resumen los hallazgos en el periodo 2019-2021. En los cantones: Duran, Machala, Manta, Pedro Moncayo, Santa Elena, Santo Domingo, Alausí, San Pedro de Pelileo y Pastaza, las organizaciones de producción textil no presentaron ningún problema financiero, por lo que se considera que se encuentran en una situación financiera sostenible. En este sentido, estas organizaciones han logrado mantener sus gastos operativos por debajo de sus ingresos, lo que les ha permitido generar beneficios y mantener un crecimiento positivo en cuanto a su activo neto. Además, presentan una proporción elevada de activos y activos corrientes en comparación con su deuda total y a corto plazo, respectivamente.

Por otro parte, en el cantón Nobol, las organizaciones fueron financieramente vulnerables en la dimensión operativa y liquidez, es decir, que además de mostrar un decrecimiento en su activo neto, también presentaron incapacidad para pagar sus deudas de corto plazo. Mientras que, en los cantones: Chone, Daule, Esmeraldas, Guayaquil, La Libertad, Montecristi, Pedro Moncayo, Playas, Portoviejo, Quininde, Ambato, Antonio Ante, Cevallos, Cuenca, Guaranda, Ibarra, Latacunga, Loja, Quito, Riobamba, Rumiñahui, Sigsig. Chinchipe, La Joya De Los Sachas, Lago Agrio, Tena y Zamora, las asociaciones de producción textil experimentaron solo problemas operativos. Por lo tanto, se las considera medianamente sostenibles financieramente.

Tabla 6

Asociaciones de Producción Textil con problemas financieros, periodo 2019-2021

Problemas

Número de cantones con Asociaciones de

Producción Textil

2019

2020

2021

Sin problemas financieros

12

32.43%

7

18.92%

9

24.32%

Problemas Operativos

25

67.57%

30

81.08%

27

72.97%

Problemas de apalancamiento

0

0.00%

0

0.00%

0

0.00%

Problemas liquidez

0

0.00%

0

0.00%

0

0.00%

Problemas operativos y de apalancamiento

0

0.00%

0

0.00%

0

0.00%

Problemas operativos y de liquidez

0

0.00%

0

0.00%

1

2.70%

Problemas de apalancamiento y liquidez

0

0.00%

0

0.00%

0

0.00%

Problemas operativos, de apalancamiento y de liquidez

0

0.00%

0

0.00%

0

0.00%

Total

37

100%

37

100%

37

100%

Siguiendo en la misma línea, se ha determinado que ninguna organización se encuentra en una situación vulnerable en cuanto a apalancamiento y liquidez, ya que los treinta y siete cantones evaluados se ubicaron en los quintiles superiores de la muestra, lo que demuestra su capacidad para cumplir con sus obligaciones a corto y largo plazo. Como resultado, estas organizaciones se encuentran en una situación favorable, con un bajo nivel de endeudamiento que no limita su capacidad para hacer frente a otros problemas financieros y demuestran un bajo riesgo de incumplimiento en sus obligaciones. En definitiva, ninguna de las asociaciones presenta insolvencia técnica, es decir, todas ellas presentan un nivel de endeudamiento inferior a sus activos.

Figura 1

Comisión de infracciones por operaciones no realizadas del 2019

En líneas generales, el sector evaluado no presenta problemas de vulnerabilidad financiera. Esto se debe a que, en ninguno de los treinta y siete cantones estudiados, se encontraron organizaciones que presentaran simultáneamente los problemas en las tres dimensiones evaluadas. Por tanto, el modelo de sostenibilidad financiera aplicado permitió determinar la sostenibilidad financiera de las organizaciones de la Economía Popular y Solidaria en el sector asociativo textil. De esta forma, la sostenibilidad financiera en las asociaciones está determinada tanto por el crecimiento económico como por una gestión óptima de su estructura financiera.

DISCUSIÓN

La sostenibilidad financiera de las organizaciones de la Economía Popular y Solidaria (EPS) indica la calidad de la gestión financiera en términos de productividad, crecimiento económico y estabilidad en las actividades comerciales.

En este contexto, los resultados muestran que las asociaciones textiles tuvieron un decrecimiento del activo neto ocasionado por problemas operativos. En ese sentido, la situación es similar a la presentada por la Secretaría Técnica Planifica Ecuador (2020) la cual señala que en el año 2020 todas las actividades económicas del sector de la EPS percibieron pérdidas, debido a la crisis del COVID-19 que afecto significativamente en ventas de las organizaciones.

Al respecto, esta relación se asemeja a lo planteada por De Andrés et al. (2016) y García (2017), quienes sostienen que la vulnerabilidad operativa implica un desajuste entre las entradas y salidas operativas que resulta en un problema financiero.

En esta misma línea, se determinó que las organizaciones obtienen sus ingresos principalmente de la venta de productos textiles. Al depender de una sola fuente de ingresos, se genera un elevado nivel de riesgo en el flujo de efectivo y, por ende, en su desempeño operativo. Por tanto, es importante que los ingresos sean distribuidos entre diversas fuentes, como señalan Chang y Tuckman (1994), Acosta y Betancur (2014) Greenlee y Trussel (2000), Carroll y Stater (2009), Abraham (2003), Bowman (2011), Guerrero, (2017) y Peláez et al. (2022). De esta manera, la organización tendrá una mayor sostenibilidad financiera.

Por otro parte, la reducción de los activos netos refleja una variación negativa en la diferencia entre ingresos y gastos a lo largo del tiempo, por lo que la disminución de los ingresos es una parte parcial de la misma. Sin embargo, De Andres et al. (2016) sostienen que una reducción en los ingresos no implica automáticamente una disminución en los activos netos, sino que también depende de la capacidad de las organizaciones para ajustar sus gastos. Al mismo tiempo, Searing (2018) menciona que la ausencia de la operatividad de organizaciones se encuentra precedidos por un periodo de dificultades financieras, por su parte, Malla et al. (2022) relacionan a la vulnerabilidad financiera con el riesgo del cierre de una organización por problemas financieros y la dificultad de ésta para seguir operando en el mercado, esto es reflejado en las asociaciones de la Economía Popular y Solidaria del Ecuador en periodo 2019-2021.

Con respecto, a la dimensión de apalancamiento, las asociaciones textiles son sostenibles financieramente, es decir, no tienen dificultades financieras para hacer frente a obligaciones de corto y largo. En este contexto, las asociaciones de producción textil tienen un financiamiento externo limitado, así lo señalan Rea (2017), Estévez (2020) y García y Chávez (2020) observan que, como las actividades de las organizaciones están ligadas al sector público, éstas han podido operar sin la necesidad de adquirir compromisos a largo plazo, dado que cuentan con una línea de crédito otorgada por la banca pública una vez que obtienen el contrato de producción.

Por tanto, al tener menos endeudamiento, las organizaciones son menos vulnerables. Por su parte, López et al. (2017) indican que, ante una disminución de ingresos, las entidades recurren al endeudamiento ajeno. Sin embargo, Pardo y Valor (2012) señalan que las fuentes de financiación del sector siguen siendo insuficiente, relación similar a las que están expuestas las asociaciones estudiadas.

En tal sentido, la capacidad para hacer frente a las deudas es aceptable, lo cual permite que el riesgo de impago con agentes externos sea mínimo. Esta situación refleja que las asociaciones no tienen exceso de deuda y que sus actividades son financiadas en mayor parte con recursos internos. En cuanto a eso, Malla et al. (2022) manifiestan que esta situación supone que los socios al aportar con patrimonio significativo, esperen resultados favorables en el corto plazo, toda vez que interactúan en un mercado dinámico donde las entidades logren maximizar sus activos.

De esta manera, las organizaciones textiles se encuentran en una estructura financiera óptima, ya que al contar con mayor patrimonio están en mejor posición de solicitar préstamos en situaciones de afectación a su flujo de efectivos; tal como lo menciona Tuckman y Chang (1991). Sin embargo, en gran parte de las organizaciones de la Economía Popular y Solidaria, aún es bajo el nivel de madurez organizativo y tienen problemas al momento de la presentación de garantías para la consecución de créditos, reflejándose en la operatividad de las asociaciones.

En esta línea, Mazanec y Bartosova (2021) destacan que, una organización con elevado nivel de endeudamiento, amenaza a los resultados económicos financieros. Así mismo, Gil de San Vicente et al. (2019) sostienen que una organización se encuentra en condición de vulnerabilidad financiera cuando enfrenta posibles cambios en factores externos y existe una alta posibilidad de que no pueda cumplir con sus obligaciones de pago. Mientras que, Malla et al. (2022) destacan que, si aumentara el endeudamiento externo, las organizaciones deben contar con una planificación adecuada de pagos y el cumplimiento de plazos convenidos, con el objetivo de no poner en riesgo la inversión y las entradas de ingresos que aseguren su sostenibilidad, toda vez que experimenten un incremento de la dependencia del dinero externo en los próximos años. Así, Van y Wachowicz (2010) sugieren que la combinación de fuentes de financiamiento internas y externas debe agregar valor a la organización.

En cuanto a la dimensión de liquidez, se observa que las asociaciones tienen capacidad suficiente para hacer frente a sus obligaciones de corto plazo. En todos los periodos analizados, las entidades tienen capacidad de pago, es decir, sus deudas han sido menores que sus activos líquidos. Estos resultados demuestran que las organizaciones no tendrían que reducir su patrimonio para cumplir con sus obligaciones de corto plazo cuando sus ingresos fueran insuficientes (De Andrés et al., 2016).

Sin embargo, un índice de liquidez muy alto puede reflejar excesos de liquidez y un manejo inadecuado de los activos corrientes, lo que indica que las asociaciones mantienen activos improductivos que no generan ningún rendimiento. De hecho, para Estévez (2020), una liquidez alta expresa solvencia en cuanto a las obligaciones a corto plazo, pero cuando supera el rango óptimo que es entre 1 y 2, indica que las entidades tienen un exceso de recursos líquidos que no les genera ningún beneficio económico. Mientras que, Malla et al. (2022) asocia los excesos de liquidez con un manejo informal de las operaciones en las organizaciones del sector asociativo, lo que dificulta un control adecuado de los recursos disponibles. Por otra parte, Ramírez (2010) señala que las organizaciones con una elevada liquidez tienden a incrementar sus activos. En síntesis, el papel de la liquidez en la sostenibilidad financiera es indiscutible, sin embargo, la proporción de liquidez adecuada es aún un tema en discusión.

Por otro lado, el 3 % de la población estudiada muestra una disminución en su patrimonio neto y una incapacidad para cumplir con sus obligaciones a corto plazo. Por lo tanto, las asociaciones que presentan un índice por debajo del promedio corren el riesgo de incumplir con sus obligaciones frente a sus acreedores. Según Campoverde (2023) y Ćurić et al. (2021) las organizaciones que experimentan problemas de liquidez muestran signos de debilidad financiera a corto plazo, ya que están expuestas a riesgos financieros futuros. Esto se refleja en una disminución simultánea de los activos netos durante un período de tres años. Por lo tanto, una organización puede tener suficientes activos para pagar todas sus deudas, pero aún tener problemas para obtener financiamiento a corto plazo o viceversa (De Andrés et al., 2016).

Por lo tanto, el crecimiento de las organizaciones textiles está alineado con la recaudación constante de ingresos por ventas y una gestión óptima en el manejo de los recursos para garantizar su permanencia en el mercado y ser financieramente sostenibles en los próximos años.

En última instancia, este estudio contribuye a la investigación en sostenibilidad financiera en Ecuador y destaca la necesidad de fortalecer esta área a través de futuras investigaciones que evalúen el poder explicativo del modelo de sostenibilidad en otros sectores de la economía popular y solidaria. Asimismo, es importante desarrollar un modelo que tenga en cuenta las particularidades de las organizaciones de este sector.

CONCLUSIONES

En líneas generales, la sostenibilidad financiera, medida a través de la dimensión operativa, muestra que, en veintisiete de los treinta y siete cantones en estudio, las asociaciones textiles en Ecuador han experimentado una disminución en el activo neto en el periodo 2019-2021, período que coincide con la pandemia COVID-19 que afectó negativamente el desempeño del sector. Con respecto a la dimensión de apalancamiento y liquidez, las organizaciones contaron una capacidad adecuada para cubrir deudas tanto de corto como de largo plazo, debido a que tienen un limitado acceso a financiamiento externo y sus operaciones en gran medida son autofinanciadas con recursos propios.

En este marco, las organizaciones de la Economía Popular y Solidaria del sector asociativo de producción textil muestran un nivel medio de sostenibilidad financiera. Durante el período 2019-2021, las asociaciones de nueve cantones del Ecuador no presentaron problemas financieros en las tres dimensiones, lo que las clasifica como financieramente sostenibles. Sin embargo, en el cantón Nobol, las organizaciones experimentaron problemas operativos y de liquidez, y en otros 27 cantones presentaron únicamente problemas operativos, lo que indica un grado de vulnerabilidad menor.

Por lo tanto, una organización textil se considera financieramente sostenible cuando demuestra capacidad para gestionar sus recursos de manera efectiva, asegurando que sus activos y activos líquidos sean suficientes para cubrir sus deudas a largo y corto plazo, permitiendo así un crecimiento positivo en su activo neto

En resumen, los resultados indican que las organizaciones de producción textil del sector asociativo, incluidas en la Economía Popular y Solidaria de Ecuador, tienen una sostenibilidad financiera moderada. El principal desafío que enfrentan estas organizaciones es operativo, debido a la falta de ingresos generados por sus actividades económicas, lo que afecta su desempeño financiero y se refleja en una reducción del activo neto. Por otro lado, estas organizaciones cuentan con una capacidad adecuada para cumplir con sus obligaciones tanto a corto como a largo plazo, lo que las posiciona en una situación financiera saludable.

Desde esta perspectiva, la Economía Popular y Solidaria, como alternativa a la economía de mercado, requiere de un conjunto de circunstancias en los ámbitos económico, financiero y político para lograr una sostenibilidad a largo plazo. De igual manera, se requiere llevar a cabo reestructuraciones y ajustes en los sistemas organizacionales y en los procesos operativos en las actividades de la organización.

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